Porque todos, en algún maldito momento hemos conocido a un hijo o hija de su madre, esos despreciables a los que hemos repudiado y hasta asesinado en sueños, esos por los que hemos dicho una y otra vez que el amor es una reverenda mierda.
Pues bien, la verdad es que en algún momento hemos sido nosotros esas basuras indeseables; tal vez no una ni dos, tal vez han sido muchas las veces que hemos minimizado esas huevadas por no querer admitirlas o porque simplemente no las consideramos ofensivas HASTA QUE NOS LAS HACEN A NOSOTROS.
Pero en realidad esta entrada no está dedicada a esos "consejos" que existen para que te sientas mejor y superes tus fatídicos rompimientos, NO! está dedicada a que entiendas que el sentirte mal después de una tormenta emocional no es del todo malo, porque aunque suene estúpido, es totalmente normal que si quisiste a alguien y terminas con ese alguien puedas sufrir, gritar, llorar y todos los etcéteras que hagas cuándo te sientas así, y sí, todo eso eso es OBVIO Y NATURAL, recuerda que lo que te pasó hoy no te pasará mañana.
Y por qué? Porque es la única manera de aprender, la única fuente de la que podrás rescatar esas bonitas experiencias que se convertirán en esas cursis historias de amor, y sacar también esos errores de los que fuiste protagonista, para que al menos trates de no volverlos a hacer, y aunque esto último sea lo más jodido, no lo veo tan imposible, es cuestión de querer.
A todos esos hij@s de su madre que nos hicieron querer reventar la luna de algún carro, les recuerdo que conocerán a uno exactamente igual o tal vez peor, y créanme, es norrnal.