sábado, 27 de julio de 2013

UN MES Y JODIDA.

Sí, he vuelto... a deprimirme por justamente haber vuelto, por haber intentando retomar las riendas de lo que ya se había ido. Hace un mes me fui y morí en lo más profundo que hasta ahora conozco, me rendí ante las lágrimas con nombre familia y caí.

Sí, un mes que escribirlo fue un calvario, un mes que no tenía las líneas acertadas para explicar este dolor tan inmenso llamado perder. Mi abuela partió y si acaso alguno de ustedes lo ha vivido, consuélenme en la fría soledad de una pantalla de computadora. Su hijo ha partido también, entiéndanme desde el frío reflejo de sus ojos ante estas líneas.

Perder a alguien, a muchos, ¿qué es? El hecho de escribirlo no es sinónimo de entenderlo o superarlo. La muerte es inaceptable, al menos para mí, el decir que "ya estás bien" es la más hipócrita manera de autoconsuelo.

Una persona muy querida me dijo que el hecho de que los abuelos o demás familiares partan es una manera "divina" de prepararte ante lo natural que será enterrar a tus padres. Aún así, no lo entiendo, más aún cuando he visto a algunos enterrando a sus padres antes de a sus mascotas.

¿Le temes a la muerte? - No, le temo a la consecuencia - Explícate - Le temo a lo que pueda sentir mi familia al respecto, cuán mal pueda hacerles mi partida - Eso es noble - No, me jode, me jode porque eso mismo pensaron los que me dejaron, y es verdad, estoy muriendo con ellos.

Jodida, lo sé... un mes y tristemente jodida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario