lunes, 28 de abril de 2014

PRACTICIDAD.

Chicas, y sí, chicos también: ¿Cuál es el objetivo del pleito dentro de una relación? ¿Cuál es el objetivo de echarse en cara reproches y quejas? ¿Cuál es el objetivo de dejar de hablarse y hacerse daño hasta con la línea cortada de un teléfono?

Quizá su respuesta a mi primera pregunta sea que la sinceridad incluye a las incomodidades y estas deben ser expuestas así sean en peleas. Quizá a la segunda me digan que siempre es bueno recordar lo que pasó para que no vuelva a suceder en el futuro. Y puede que en la última se refieran al objetivo llamado “quiero un espacio”

A todas estas respuestas, le sumo yo lo siguiente. A la primera, vamos, todo el mundo solo parlotea sus desgracias porque está molesto y quiere desquitarse. A la segunda, por favor, no me van a decir que decirse mil veces algo los hará reflexionar justo cinco minutos antes de volver a cometer una babosada, digamos que existen excepciones, pero el humano por naturaleza repetirá al menos dos veces el mismo error. Y por último, a la tercera supuesta respuesta, ¿creen que vendrá “Don Cupido arreglón de problemas” y lanzará su flechita de “lo siento” mientras ustedes están en esa primariosa ley del hielo? Es cierto que uno necesita su espacio para pensar y despejar la cabeza, pero no se manden con que necesitan un mes pues. Esa duda tan espaciosa sólo es afín a un “ya no quiero estar contigo” pero cobarde.

Lectores que sueño tener, desde mi modesta opinión les digo que existen ciertos problemas que ni siquiera deberían tomar una hora de nuestro tiempo como pareja. Un “ya fue” para los fríos o un “déjalo ahí, todo está bien” para los tiernos, es suficiente para evitar malgastar el tiempo que tienen como pareja en ridículas peleas. 

Abrí este post con “Chicas…” porque siempre seremos nosotras, mujeres, quienes queramos más información para saciar nuestra sed casi vampiresca de verdad, creo que es un gen que nos introdujeron al nacer, pero también hay chicos, y muchos. Así que si por ser chico no me diste bola en los tres párrafos anteriores, saca tu cuenta de las veces que la jodiste y sólo por orgulloso malgastaste un fin de semana entero de “pareja feliz” por un “quiero matarte”.

Sé cuan complicado puede ser tomarse 5 minutos para pensar antes de joderla, pero créanme, ya que la jodieron pueden reivindicarse tomándose esos 5 minutos luego de la molestia para apaciguar el fuego en lugar de responder y parecer gallinas de mercado picoteando.

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