Chicas, y sí, chicos también: ¿Cuál es el objetivo del pleito dentro de
una relación? ¿Cuál es el objetivo de echarse en cara reproches y quejas? ¿Cuál
es el objetivo de dejar de hablarse y hacerse daño hasta con la línea cortada
de un teléfono?
Quizá su respuesta a mi primera pregunta sea que la sinceridad incluye a
las incomodidades y estas deben ser expuestas así sean en peleas. Quizá a la
segunda me digan que siempre es bueno recordar lo que pasó para que no vuelva a
suceder en el futuro. Y puede que en la última se refieran al objetivo llamado
“quiero un espacio”
A todas estas respuestas, le sumo yo lo siguiente. A la primera, vamos,
todo el mundo solo parlotea sus desgracias porque está molesto y quiere
desquitarse. A la segunda, por favor, no me van a decir que decirse mil veces
algo los hará reflexionar justo cinco minutos antes de volver a cometer una
babosada, digamos que existen excepciones, pero el humano por naturaleza
repetirá al menos dos veces el mismo error. Y por último, a la tercera supuesta
respuesta, ¿creen que vendrá “Don Cupido arreglón de problemas” y lanzará su
flechita de “lo siento” mientras ustedes están en esa primariosa ley del hielo?
Es cierto que uno necesita su espacio para pensar y despejar la cabeza, pero no
se manden con que necesitan un mes pues. Esa duda tan espaciosa sólo es afín a
un “ya no quiero estar contigo” pero cobarde.
Lectores que sueño tener, desde mi modesta opinión les digo que existen
ciertos problemas que ni siquiera deberían tomar una hora de nuestro tiempo
como pareja. Un “ya fue” para los fríos o un “déjalo ahí, todo está bien” para
los tiernos, es suficiente para evitar malgastar el tiempo que tienen como
pareja en ridículas peleas.
Abrí este post con “Chicas…” porque siempre seremos nosotras, mujeres,
quienes queramos más información para saciar nuestra sed casi vampiresca de
verdad, creo que es un gen que nos introdujeron al nacer, pero también hay
chicos, y muchos. Así que si por ser chico no me diste bola en los tres
párrafos anteriores, saca tu cuenta de las veces que la jodiste y sólo por
orgulloso malgastaste un fin de semana entero de “pareja feliz” por un “quiero
matarte”.
Sé cuan complicado puede ser tomarse 5 minutos para pensar antes de
joderla, pero créanme, ya que la jodieron pueden reivindicarse tomándose esos 5
minutos luego de la molestia para apaciguar el fuego en lugar de responder y
parecer gallinas de mercado picoteando.
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