lunes, 25 de mayo de 2015

ESCRIBIR TÉ

Hoy me he preparado una taza de té verde, creo que dejé el filtro por mucho tiempo, lo tomé rápido porque estaba amargo.

Mientras lo terminaba, repartía cartas en mi cabeza, otra vez me tocaban las más altas, las que me harían perder en blackjack con tan solo voltear dos seguidas. Entorpecen mi juego y ¡Oh coincidencia! me acuerdo de ti.

Te busco en FB messenger, chequeo tu última hora de conexión en WA (maldito, has modificado tu privacidad), entro a tu muro. Maldición, no quería ver tu foto de perfil abrazando a tu nueva flaca. Aún me trastoca la cabeza ver tu muro sin mí.

Este té me dejó un mal sabor de boca, quizá el filtro era muy viejo, esas manías de guardar cosas antiguas en la repisa. Cierto, creo que eso de antiguo también se aplica en mi cabeza con tu recuerdo.

Quiero un té de canela y clavo, esos calientitos y con gotitas de limón. que me calme suave sin empalagarme.

Ese limón con azúcar, ¡oh no! eres tú, el que dividió su mundo en dulce y ¿ácido? quedaría mejor con amargo, pero en fin, tampoco fuiste un absoluto tan grande.

Recuerdo tu abrazo hipócrita, qué horrible tener ese recuerdo tuyo a primera mano. Definitivamente el dealer de recuerdos no está de tu lado esta noche. ¿Lo olvidaste? ¡No seas pendejo! ese abrazo en el que consolabas lágrimas que tú mismo habías causado.

Pero tranquilo, el té esta rico, la canela y el clavo si que me quitaron el sabor del té verde. Me recuerdan nuestro frío y nuestra cama, acurrucados por querer más tiempo juntos.¿Ya era hora de que te tocara una buena carta, no?

¡Oh no! quiero dormir pero no puedo, quiero seguir escribiendo té. Violaré mi título al igual que esta última línea y me serviré una manzanilla, relajada, amarillenta. Definitivamente la quiero con poca azúcar.

Es tan imperfecta, sin el color completo, con el sabor a medias, con la temperatura baja. Es verdad, dijiste que esto no tenía futuro, ahí la imperfección hecha líquido en mi garganta.

No tiene futuro. ¿Y cómo va a tener futuro? Si ni presente tiene. Eres una sombra amarillenta en mi taza de madrugada. Una sombra ilógica que se cree té, que se cree especial.

Hoy escribí té.

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